miércoles, 14 de noviembre de 2012

Biophilia de Björk


El séptimo álbum de la islandesa Björk es totalmente innovador y transgresor (como todos sus discos), y es que aunque a cada disco le dedique un tema en concreto, unas técnicas diferentes, y un nuevo tipo de enfoque, la esencia es la esencia, y Björk no se inspira, ella inspira, ella crea, durante todos sus discos ha ido por delante de la música, por eso a veces no gusta (a mi por ejemplo no me engancho con Medúlla), y no iba a ser menos con Biophilia. La temática se centra en los fenómenos naturales y la naturaleza, y esto combinado con unas  instrumentales que nos sitúan como si estuviéramos en una galaxia, os prometo que queda genial. Es verdad que hay temas que, al menos para mi, no son para escuchar individualmente, como Moon, Virus Solstice, pero que sirven para completar este álbum, para disfrutarlo mejor y aclarar el concepto. Hay otras que sobrepasan esa barrera de una forma justa, sin sobrepasar sus escuchas y disfrutando cada escucha como si fuera la primera vez, y esto pasa con Sacriface, Hollow o la englovante Dark Matter. Las cuatro joyas del disco le dan todo el valor que faltaba, siendo Cosmogony la balada del disco, Mutual Core la más agresiva, Crystalline la que aporta toda la instrumental posible y Thunderbolt la preciosa apariencia de la bobina cesla. Cabe destacar también la aparición de Nattúra en la edición deluxe como bonus track, la cual nos puede transmitir la sensación de Mutual Core pero sin caer en la repetición. Bravo Björk, tu vas marcando la música.

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